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Energias

¿Qué es para mi ser un maestro de Reiki?

En mis formaciones de maestría siempre empiezo diciendo que realizar la maestría de Reiki NO te convierte en maestro de Reiki.

En mis formaciones de maestría siempre empiezo diciendo que realizar la maestría de Reiki NO te convierte en maestro de Reiki.

Te conviertes en maestro de Reiki cuando tienes suficiente experiencia y conocimiento para ponerte al frente de una clase, formando y guiando a otras personas no sólo a través de su proceso de aprendizaje en Reiki, sino de crecimiento personal y espiritual.

Realizar una maestría sea de Reiki o de cualquier otra cosa te dará los conocimientos, pero sólo tú dictarás si estás listo o no para convertirte en maestro.

¿Has obtenido suficiente experiencia de las técnicas de Reiki, habiendo atendido un mínimo de personas y acumulando experiencia en la práctica? ¿Sabes transmitir correctamente lo que es el Reiki, lo que es la energía y cómo funciona? ¿Eres capaz de hacerte responsable por lo que suceda en todas y cada una de tus clases? ¿Estás dispuesto a ofrecer tu tiempo y energía al servicio de los demás? ¿Tienes la suficiente madurez emocional para poder guiar a otros en su camino, y acompañarlos a través de sus procesos de vida sin interferir en los mismos?

 

Para entender el concepto de maestría, creo que es importante tomar conciencia de los que significa el concepto de dar a otros. Si tu camino como maestro es el de transmitir reiki a otros, deberás tener muy claro la razón por la cual te interesa hacerlo.

 

Esa razón o motivación personal será la que determinará tu experiencia y tu grado de “éxito” en lo que haces. El éxito no entendido, solamente al aspecto económico, ni al número de alumnos que tengas, ya que eso es irrelevante, sino al desarrollo interior y crecimiento que experimentarás tú a través de las experiencias y tus alumnos a través de tu acompañamiento y enseñanzas de reiki. Las razones para querer transmitir reiki a otros pueden ser varias: dinero, deseo de que el reiki se difunda, necesidad de reconocimiento, deseo de dar a otros o ayudarles, etc... Las razones que expongo no tienen ningún orden y tampoco las etiqueto como “buenas” o “malas”, no emito ningún juicio. Simplemente, comentarte que tus motivaciones crearán las energías que te rodean, y atraerás a las personas que se sientan afines con esas energías, sea por la razón que sea.

Como he tenido la suerte de poder realizar muchas prácticas de Reiki y de formar y guiar a muchos en mis clases y charlas, siempre he realizado mi mayor esfuerzo para que mis alumnos pudieran alcanzar tanto o más éxito que yo. Yo tuve que aprender muchas cosas por mi cuenta, pero ellos pueden recorrer su camino más ágilmente, porque pueden basarse en mi experiencia y beneficiarse de mi conocimiento. ESE es mi deber y mi deseo como maestra.

Gracias a esta manera de enseñar, mis alumnos me han dado muchísimas satisfacciones.

 

El trabajo de un maestro es: Acompañar.

 

Ser Maestro de Reiki no implica el final de un camino, sino el comienzo de otro o más bien la continuación. Nuestro propio proceso personal no termina y nos daremos cuenta de que, cada alumno, cada curso, cada vivencia y cada experiencia serán esenciales para nosotros y contribuirán a seguir creciendo y aprendiendo. 

Enseñar Reiki debería ser un placer y un privilegio, no una experiencia traumática, estresante o aterradora. Si sientes que en este momento dar clases te causaría más tensión que placer, entonces no necesitas apurarte para encarar esa experiencia.

El hecho de hacer la maestría de Reiki no significa que debas dar clases de Reiki. La maestría nos provee mayor cantidad de herramientas para el trabajo con energía, y puedes realizarla para cumplimentar tu ciclo de formación con Reiki, y profundizar en tu trabajo de auto sanación, o como terapeuta de Reiki.

En la mayoría de los casos que he visto en mis alumnos (e incluyendo el mío), la persona que realiza tratamientos de Reiki, y que finalmente sirve de mejor maestro/a, es aquella que no apresura su proceso de crecimiento, practicando lo suficiente con la técnica y luego permitiendo que las circunstancias mismas lo lleven a su etapa como formador.

 

Si quieres dar el paso a tu maestría de reiki intenta valorar no sólo la parte material o económica del curso, sino al maestro que te va a impartir esa formación, sus conocimientos no sólo de reiki sino de otras terapias, su experiencia de vida,  su acompañamiento durante mínimo los 21 días de autotratamiento, su compromiso con tu crecimiento como maestro, el apoyo que te pueda brindar para que puedas iniciar tus propios cursos, las opciones de que puedas acompañarle en sus  cursos para que te quites el miedo y cojas confianza en ti mismo, su humildad y sobre todo su vibración ya que un verdadero maestro no te asombra por su luz, te ayuda a ver la tuya propia.

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